La época de exámenes es realmente dura y complicada, todos los que hayan sido estudiantes lo saben y lo han vivido en sus propias carnes, por eso no necesita mucha explicación. Sin embargo, hay muchas diferencias dependiendo de la carrera y la forma de ser y estudiar de cada uno.
Como ya sabéis Medicina es una carrera que requiere mucho esfuerzo, trabajo, dedicación y empeño… y yo, doy fe de ello. Me hace gracia el hecho de que hace un año, cuando estaba en 2º de Bachiller me quejaba del gran temario que teníamos, es verdad que para el momento, era una gran cantidad, pero la realidad es que no se puede ni comparar con todo lo que he tenido que estudiar este año.
Si bien, la situación es diferente, en bachillerato tienes una gran presión: ¿entraré o no en la carrera que quiero?, ¿tendré un expediente brillante?… Son muchas las razones que te hacen estar más inseguro, nervioso y con miedo a que las cosas no salgan como esperas. Sin embargo, en el caso de primero de carrera todo cambia, tienes más que estudiar, eso es verdad, pero toda esa presión e incertidumbre se diluye, y por el momento, lo que buscas es aprobar y ya si se puede, sacar las mejores notas posibles.
Otra cosa que también he podido apreciar gracias a vivir en un Colegio Mayor, ha sido que quizá es verdad eso que se dice de que “los de letras estudian menos” jejeje. Hombre, hay todo tipo de casos, y siempre hay excepciones, porque cada persona es un mundo, pero sí que es verdad que muchas veces esa es la sensación que da.

Es muy guay convivir con gente de todas las carreras, enriquece muchísimo, aprendes cosas que no tienen nada que ver con tu materia y te ayuda a abrir la mente y a descubrir personas apasionadas con intereses muy distintos a los tuyos. A mí es algo que personalmente me encanta.
También es muy gratificante ver que todo el esfuerzo ha merecido la pena. Yo he tenido la suerte de aprobar todo, y encima con buenas notas. Cuando llegaron, no podía estar más feliz, fue todo un alivio y una sensación increíble el saber que ya estaba de vacaciones y que me iba a poder pegar un gran verano: 3 meses y medio, nada más y nada menos.
Eso sí, como los exámenes duran prácticamente un mes, cuando los terminé estaba realmente agotada física y mentalmente. No miento si digo que tenía la sensación de que no podía dar más de mí, pues es real que llevaba 2 meses pensado casi exclusivamente en estudiar. Es duro, sí, pero a la vez es alucinante estar estudiando lo que realmente quiero y me gusta, para así, en un futuro poder convertirme en médico, el trabajo de mis sueños.
En el post de hoy, quiero recomendaros el recuperador biológico integral de Carmenta, es un producto increíble. Consiste en un complemento alimenticio que te tomas cuando estás sometido a una situación de estrés o a impactos emocionales fuertes. Lo que hace es que te ayuda a estar más activo y reduce el cansancio, aumentando así la sensación de bienestar. Sin duda, se nota su efecto revitalizador. Es algo que a mí me ha ayudado mucho en mi periodo de exámenes, a pesar de que también está recomendado para muchas otras cosas. Por ello, os invito a conocer más sobre él en la página oficial de Carmenta. Yo, desde mi experiencia personal, os digo que merece la pena.